Desde luego, qué mezcla de sensaciones tengo ahora mismo. Por una parte las alegres, por la clasificación para la Copa del Rey de Málaga conseguida de rebote ayer, pero conseguida a fin de cuentas. Cuando perdimos el partido con Tenerife en casa (Jornada 12), la cosa se ponía francamente mal. Era imposible no ser pesimista, con el equipo muy mal clasificado, fuera de puestos de acceso a la Copa, y en una situación extraña para cualquier baskonista que haya seguido al equipo durante los últimos años.
Teníamos un panorama negro por delante, con 5 partidos muy complicados, con rivales muy difíciles, 3 de ellos rivales directos por la clasificación copera además, y que por si fuera poco estaban jugando a un nivel bastante bueno. Si hubiéramos hecho una porra en ese momento, supongo que muchos de los aficionados hubiéramos apostado por un “este año no vamos”. Y mira que el Baskonia es uno de los fijos!
Pero ahí enganchó el equipo una buena racha de 4 victorias seguidas. Primero en Galicia ante Monbus (sufriendo muchísimo y hasta el último suspiro), después en casa ante el Barcelona, al que se derrotó por poco y en un buen partido. A continuación en Donosti, también en un partido de infarto y con una enorme emoción hasta el último segundo literalmente, y por último ante el CAI en otro partido de infarto.
Se había hecho lo más complicado, y quedaba un partido ante un rival que llevaba únicamente 5 victorias hasta el momento de jugar contra nosotros. Por motivos que no llego a entender, nos encontramos con la última jornada de la primera vuelta con partidos jugados en horarios diferentes, de forma que el domingo a la hora de comer ya sabíamos del patinazo mayúsculo del Tenerife, que nos dejaba el camino mucho más fácil.
Creo que no soy el único que piensa que si hubiera sido cosa de ganar o quedarnos fuera, hubiéramos visto otro partido. Pero nos valía con no sufrir una hecatombe y perder por 22, o que no ganara Gipuzkoa Basket. Lo más normal era pasar sin problemas.
Y ahí es donde vienen las sensaciones extrañas. Nos reservamos el viernes en el partido de Euroliga ante Olimpiakos. Mira que en Vitoria hemos vivido muchos años el factor “apisonadora juguemos contra quien juguemos”…., y ahora tenemos un problema al tener que dosificar jugadores y fondo físico. Ver al equipo como lo vimos el viernes es una mala sensación, un mal cuerpo que se te queda viendo como no optamos a ganar un partido. Que el rival está actualmente muy por encima está claro, que es muy importante el partido siguiente, también está claro, que el equipo llega hasta donde llega, también…. Pero es triste ver esa soba que te están metiendo jugando al ritmo y con la intensidad que jugamos el otro día.
Y si llegamos a ganar de 20 en Fuenlabrada pues ni tan mal, pero encima perdemos en el último segundo. Tuvimos verdaderamente opciones serias de ganar, pero al final no supimos o no pudimos hacerlo. Menos mal que teníamos la Copa. Si ese final de partido con el triple de Panko, lo vemos con la clasificación en juego, yo me caigo de culo. O no sé dónde me hubiera tenido que meter. Menos mal.
Está claro que desde fuera del equipo no se ven las cosas como se ven desde dentro. Pero está claro también que hay varios jugadores que están rindiendo a un nivel muy por debajo de lo esperado de ellos. Viendo las valoraciones y los fríos números post-partido, estamos manteniendo el tipo porque hay una columna vertebral con varios jugadores que si están a un muy buen nivel. Un día unos aportan un poco más, otro día son otros…., pero el día que no encontramos el buen nivel de juego, que no entran los triples (una baza que estamos utilizando muchísimo), el día que nos defienden bien, el día que nos buscan sacarnos de nuestras casillas, o el día que el rival también las mete, ese día tenemos muchos problemas. Como podéis suponer no quiero dar nombres, pero son situaciones a la vista de cualquiera.
Y qué va a pasar en los próximos días? Habrá cambios? Está claro que si esto fuera una partida de ajedrez cambiaríamos varias fichas rápidamente, trayendo un base organizador serio y que no nos los ponga de corbata cada vez que coge el balón, traeríamos un Killer tipo Rako, Macijauskas, o similar, traeríamos un 4 solvente (manda h…, que ahora mismo yo me esté acordando de Milko….), reboteador, anotador y que atraiga las defensas y las ayudas, traeríamos a….. Pero esto no es tan fácil. Los contratos vigentes son eso, vigentes, y alguien tiene que venir a hacerse cargo de ellos para poder desprenderse de los jugadores que no funcionan, y el mercado está como está: lo bueno, bonito y barato es francamente difícil de conseguir o cuesta un montón de dinero que ahora mismo no tenemos.
Mi cabeza me dice que aunque en este equipo siempre puede llegar alguien inesperado, hay que pensar que tenemos lo que tenemos. Están los jugadores que están y damos lo que damos de sí. Que además, es más de lo que hemos demostrado esta semana. Que este año también hemos tenido momentos mucho mejores, que no deberían olvidarse.
Y mi corazón baskonista me dice que ya que estamos, vamos a seguir dando pelotazos y sorpresas como la del Maccabi, la del Barcelona, la del Unicaja… También me dice que los jugadores pueden dar más de si, y por qué no van a hacerlo. Que en Valencia están ahora mismo más acojonados que en Vitoria con la Copa y con el resultado del sorteo. Que el Baskonia en la Copa es un clásico y que a un partido puede pasar cualquier cosa. Que hemos ganado en Liga a dos cabezas de serie y a otro no pero por poco. Que Ibón Navarro tiene un ordenador de puta madre con mucha información dentro. Que esa información ya la está poniendo bonita para pasársela a Sergio…..
Si hace 5 partidos nos ofrecen la Copa, la hubiéramos firmado todos. Pues ya que la tenemos, vamos a disfrutarla. Que tenemos nuestras limitaciones está claro, pero podemos dar mucho juego.
Y pensando así, me he animado un poco. En Málaga estarán muchos amigos Baskonistas, de Vitoria y de otras muchas otras partes. Gente que viene para estar con nosotros, para compartir esos momentos de basket, de risas, de cervezas y pescaíto, de dolor de cabeza, de buen rollo. Tiempo habrá para disfrutar y para compartir este momento con todos.
Y por último, una anécdota. Hace unos cuantos años, de vacaciones por Málaga, encontré un gran bar. De casualidad, porque escuché la historia por la radio mientras viajaba hacia allí. Pero me pareció interesante y fui a verlo. El bar se llamaba 7 de Julio. Y con ese nombre ya os podéis imaginar que el dueño era un hombre navarro, de Pamplona para más señas, que por cosas del destino en la vida (siiii…. se casó con una malagueñaaa….) acabó allí montando un bar. Y todos los años durante los sanfermines, montaba una fiesta por todo lo alto, chupinazo incluido.
Regalaba 1500 pañuelicos rojos (que duraban apenas unas horas), preparaba un tonel de zurracapote, unos pinchos de chistorra asada, tenía todo el bar totalmente decorado con adornos sanfermineros, el día 14 de Julio regalaba champán, velas, y cantaba el “pobre de mi”…. Acojonante. Y fui a verle, y por cortesía suya, me tomé un pincho de chistorra con zurracapote. Todo un campeón. Y me contó su historia y me encantó. Le prometí volver. El caso es que hemos buscado y rebuscado en Internet y me temo que la crisis se lo ha llevado por delante. En cualquier caso me acercaré por la zona, por si siguiera abierto o hubiera cambiado de nombre. Y si lo conseguimos encontrar, no le va a librar nadie de unas cancioncicas cantadas con mucha ilusión mientras tomamos una cervezica.
Eso es todo amigos. Cuidado con la Copa, que vamos de tapado.
Aupa Baskonia! Y punto!.