Acabó (antes de lo deseado) una temporada muy complicada, con baile de entrenadores y de jugadores, con lesiones importantes, con altibajos, con ausencias deportivas (esa copa…), con buenas victorias ante equipos grandes de Euroliga, seguidos de derrotas sonrojantes ante rivales modestos nacionales, con buenas rachas en casa y pésimas fuera….
Es dificil hacer balance de una temporada así de loca. Los fríos números dicen que la Copa no pudimos ni disputarla (18 años después…) puesto que la primera fase de la competición no fué buena… En Euroliga posiblemente fue donde se dio el mejor nivel, aunque no se pudo disputar la eliminatoria previa a la deseada Final Four. Aún así, el balance en Europa podría ser calificado de bueno.
Y en Liga Endesa…., sufrimos unos altibajos tanto en juego como en emociones capaces de alegrar un dia el cuerpo al respetable y seguido desesperarnos como nunca tras recibir una paliza ante algún club de media tabla hacia abajo.
En play-offs nos tocó pegarnos con el equipo que durante buena parte de la temporada fue líder de la competición. Un gran equipo llevado con destreza por un gran técnico. Y con todo ello, en el descanso del tercer y definitivo partido teníamos muchas opciones de ganarlo. Pero no pudo ser.
Respecto al equipo, hay que empezar por el banquillo. El duo Crespi-Ibón dio paso al de Ibón-Jota Cuspinera. Sin duda, mejor juego y mejores resultados con el segundo tándem.
El técnico italiano diseñó un equipo a su medida, aprovechando sus conocimientos como ojeador para traer jugadores, muchos de los cuales no dieron buen nivel. Fueron unos comienzos muy complicados, con muchas derrotas, y con unos jugadores y un equipo que no conseguía arrancar.
El relevo de Ibón, con la imprescindible ayuda de Jota, mejoró las prestaciones y arregló en gran medida la situación, pero el constante goteo de altas y bajas de jugadores, sumado a la venta de Heurtel, y la lesión de Bertans, hizo que el camino del vitoriano no fuera nada fácil.
Respecto a los jugadores, lo más llamativo es la comparación entre el equipo que empezó la temporada y el que la acabó. Dos equipos prácticamente distintos, con jugadores incluso que sólo participaron en la etapa intermedia de la temporada.
Refrescamos la memoria: Heurtel, Perkins, James, Adams, Causeur, Hansbrough, Vujacic, Orlando, San Emeterio, Hanga, Hopson, Palsson, Bertans, Shengelia, DJ White, Gomes, M. Diop, Iverson, I. Diop, Tillie, Begic, Hamilton, junto con los canteranos Sedekerskis y Martínez. Tremendo.
Un año en el que pudimos rememorar el 30 Aniversario del primer título del club en Villanueva de la Serena, recordando aquel equipo de Xabier Añua plagado de ilustres como Hollis, White, Ortega, Querejeta, Laso, Zárate, Garayalde y compañía. Para los que vivimos ese partido por televisión…, grandes recuerdos!
Un año en el que vimos un espectáculo lamentable en forma de trifulca entre jugadores en el partido de Bilbao, y que se saldó con un castigo ejemplar. Una pelea que espero que no volvamos a ver (ojalá) nuca más en una cancha de basket,
Un año en el que el equipo se ausentó de la Copa, pero curiosamente, no su afición. Personalmente, unos días disfrutados como nunca, en compañía sobre todo de muchos baskonistas, pero también de muchos aficionados al baloncesto (muchos de ellos ya amigos…), al buen rollo, a la amistad, a las cervezas y a las risas. Y sin embargo, una Copa triste porque faltabas tu, Baskonia. 8 equipos. 9 aficiones.
Un año en el que me alegré mucho por tres vitorianos de nacimiento o adopción, y a los que miré con muchísima envidia sana. Por Laso y por mi amigo Chapu, que ganaron todo lo ganable, tanto en equipo como en lo individual. Y también por Roberto Iñiguez de Heredia, que reinó en el ámbito del baloncesto femenino.
Y un año en el que despedimos al gran Capitán. Al jugador que cambió el santoral en Vitoria para siempre, relegando a la mismísima Santa María Micaela del Santísimo Sacramento a un segundo plano, para dejar marcado para siempre el 15 de Junio como el día de SAN EMETERIO. En mayúsculas. Al bueno de Fernando sólo podemos decirle aquello de “que te vaya bonito” en Valencia y que tengas mucha suerte. Te echaremos mucho de menos!
Y tras un año así de difícil, lo mejor ahora es empezar a mirar hacia la siguiente temporada, confiando en que este año se acierte desde el inicio con los fichajes de entrenador y jugadores. En primer lugar llega “Peras”, una persona muy querida en Vitoria. Velimir destacó en este club como jugador, dejando también un grandísimo recuerdo.
Su primer intento en el banquillo no fue bueno, pero de eso hace ya unos cuantos años, y aparentemente la situación ahora parece mucho más propicia que antes. Llega mucho mas preparado, con más experiencia, pero a buen seguro con el mismo tesón, la misma intensidad y exigencia como entrenador que la que tenía cuando jugaba.
Confío en que este año Peras nos devuelva las emociones y vuelva a poner al equipo en lo más alto, donde nos gusta verlo. Ahora mismo, el equipo está a medio construir. Hay que aclarar las salidas, y definir las entradas de jugadores. Un puzzle complejo de ensamblar, y que irá poco a poco concretándose, pero para lo cual se necesitará tiempo.
De momento llega Corbacho, jugador cupo y especialista en el tiro de tres. Un buen jugador que deberá demostrar estar capacitado para asumir un salto de calidad y de exigencia en un equipo Euroliga con dos partidos de primer nivel por semana. La primera pieza del nuevo equipo, al que se deberán ir incorporando otros jugadores.
Por mi parte, espero que este verano no se nos haga muy largo. Que se vayan produciendo fichajes y el equipo vaya tomando cuerpo. Por las informaciones que llegan desde el club, a día de hoy el número de socios ya es mayor que el del año pasado, lo cual es un dato importante y un motivo de alegría. Sin duda de aquí a finales de Septiembre, la masa social seguirá aumentando.
Confío en que el año que viene volvamos a ver al Baskonia en lo más alto. Tenemos varias cosas pendientes para esta nueva temporada: volver a la Copa, volver a ganarles a los vecinos en los derbis, volver a disputar finales, volver a emocionarnos, y volver a ver el carácter Baskonia.
Porque quizás, y es una modesta opinión, yo es lo que más echo en falta. Ese jugador que se identifica con cl equipo, con el club, con la afición, con la ciudad… Esa rabia y nervio en el juego que nos enseñaron los ilustres argentinos entre otros. Ese pelear cada segundo de un partido hasta incluso en los tiempos muertos, ese orgullo y esos “h…… asiiiii de graaaandeeeessss…..”. Seguro que Peras les cuenta a todos a lo que nos referimos.
A los que habéis tenido la paciencia de leer este blog, solo puedo deciros que muchas gracias por dedicarme vuestro tiempo. Que muchos días es verdaderamente complicado sacar tiempo para escribir, y ves que quieres pero no puedes…, pero llevar al Baskonia dentro y quererlo tanto hace sacar tiempo de cualquier lado. El Baskonia también, y por qué no, va a resurgir potente otra vez. Estoy seguro.
Aupa Baskonia!!!!